miércoles, 16 de julio de 2014

VICTIMOLOGÍA

La Victimología


La victimología es la ciencia que estudia a las víctimas.
Indaga en las razones por las cuales alguien puede ser víctima de un delito, un accidente de tránsito, un desastre natural o el abuso de poder. Aborda su personalidad y sus características biológicas, psicológicas, morales, sociales y culturales, como así también las conductas en su estilo de vida que podrían favorecer este rol (victimogénesis).
Para el estudio de la víctima individualmente (microvictimización) o del conjunto de las víctimas (macrovictimización) se vale de otras ciencias y disciplinas tales como la sociología, la psicología, el derecho penal y la criminología.
Si bien el concepto de víctima es tan antiguo como el crimen mismo, su significación fue cambiando con las épocas.
En el Derecho Romano, la víctima perseguía al ofensor a través de la querella. Con los años, estos ajustes de cuentas entre particulares pasaron a manos del Estado, que monopolizó la pena. Esto condujo a que el Derecho Penal moderno en ocasiones se olvidera del rol de la víctima. De hecho, las disciplinas que estudiaban los delitos se centraban en el rol del delincuente (criminología). Como respuesta necesaria frente a esta omisión nació la victimología, una rama de la criminología, primero, y una disciplina independiente, después.
Quienes pusieron de relieve -en la década de 1940- el rol de las personas como víctimas de un delito fueron Hans Von Henting y Benjamin Mendelson (padres de la victimología), quienes definieron a la víctima como un sujeto capaz de influir significativamente en el hecho delictivo, su estructura, su dinámica y su prevención.

TIPOLOGÍA DE LAS VÍCTIMAS

Las víctima puede ser:
A] Directa: Quien padeció el episodio traumático.
B] Indirecta: Quien no padeció el episodio traumático, pero -por pertenecer a alguno de los círculos sociales de la víctima directa- sufre las consecuencias. Esta categoría podría explicarse con lo que se produce al arrojar una piedra a un estanque. El efecto de ondas que genera el impacto replica los círculos concéntricos que forman las relaciones personales. El primer círculo estará formado por los familiares directos, los amigos cercanos o la pareja; el segundo, por los compañeros de trabajo o de estudio; el tercero, por vecinos; y así sucesivamente, hasta llegar a los miembros de la comunidad como un todo.
Lo que le pasa a uno les pasa a todos. Esto también está vinculado a la teoría sistémica e indica el hecho de que si alguien es asaltado por un ladrón, las causas sociales que llevaron a ese delincuente a robar les concierne a todos, amén de que si continúa libre, cualquier persona pasará a ser una víctima potencial de un nuevo atraco.
De hecho, las personas que están en estrecho contacto con la víctima también pueden llegar a experimentar en consecuencia trastornos emocionales. Esto se denomina traumatización secundaria.
De victimización primaria, secundaria o terciaria
A] En el caso de un delito, la victimización primaria es el perjuicio físico, psicológico, económico o social que sufrió el sujeto pasivo.
B] La victimización secundaria implica la experiencia posterior de la víctima en relación con el sistema policial y judicial. En ocasiones, esta nueva experiencia puede llegar a resultar más traumática que la victimización primaria. Sucede cuando las instituciones que deberían brindarle asistencia, en cambio, no se hacen eco de la denuncia, le hacen perder tiempo o dinero a la víctima o, incluso, la acusan, como ocurre en casos de violación (‘provocación’) o robo (‘ostentación’).
C] La victimización terciaria la vive el delincuente por las circunstancias que lo llevaron a cometer el delito, su paso por la cárcel y la vivencia post penitenciaria. Primero sufre una marginación institucional determinada por los grupos dominantes, luego experimenta el hacinamiento y el mal trato en los centros penitenciarios, donde sobreviven los ‘más fuertes’, y finalmente, choca con las dificultades de su reinserción en una sociedad que no lo contiene.

LA CLASIFICACIÓN DE MENDELSON:

A] La víctima completamente inocente, es decir, aquella que nada ha hecho para dufrir el delito.
B] La víctima de culpabilidad menor, aquella que ha favorecido al delito por un acto poco reflexivo que no previó el riesgo.
C] La víctima voluntaria, como en un suicidio o en la eutanasia.
D] La víctima más culpable que el infractor, pudiendo ser una víctima provocadora o una víctima imprudente.
E] La víctima culpable, que tiene tres variantes: la víctima que actuó en legítima defensa, la víctima que engaña a la policía imputando un hecho criminal que no ocurrió o del que no fue víctima, y la víctima imaginaria, que es aquel denunciante con problemas mentales.

REPARACIÓN DEL DAÑO

El daño puede ser material o moral. El daño material se refiere a un perjuicio del patrimonio de una persona. Mientras que el daño moral se refiere a la afectación que sufre una persona en sus afectos, sentimientos, creencias, honor, decoro, reputación, vida privada, configuración y aspecto físico; o bien, en la consideración que de sí misma tienen los demás.
En general, las pérdidas materiales o económicas son fáciles de calcular, reparar o reponer. En cambio, los daños morales no pueden observarse o calcularse fácilmente. Muchas veces, la magnitud del daño es desconocida para la propia víctima o no responde a los tiempos o expectativas del proceso penal.
Sea como fuere, las alternativas de compensación son las siguentes:
A] Reparación a cargo del victimario.
B] Reparación a cargo del Estado.
C] Asistencia pública.
D] Asistencia privada o mediante el seguro.
E] Acuerdos internacionales sobre compensación a las víctimas.
Claro que, para evitar esta instancia, es fundamental la generación de estrategias efectivas de prevención victimal en todos los niveles.

VICTIMARIO


El victimario es un individuo que se ha vuelto perverso porque se encuentra inmerso en una condición social que se nutre de todos los tipos y escalas de violencia propicios para ese comportamiento. “Tiene un grado de perversión y alienación generado por la desregulación de las instituciones”.
Ahora bien, se ha dicho que cualquier individuo es proclive a convertirse en posible victimario (incluso se ha tratado de “patologizar” esta condición desde la psicología), pero esto es erróneo.
Si se revisan los expedientes puede advertirse que fueron víctimas de violencia directamente en la familia, el trabajo o la propia sociedad. 


LAS RELACIONES VÍCTIMA-VICTIMARIO

Cuando se menciona víctima y victimario viene a la mente la idea de dos opuestos, de dos entes contradictorios, del bien y del mal, del culpable y del inocente, de Caín y Abel, por ejemplo. Pero la situación no es tan sencilla, ya que la Victimología nos ha demostrado que en ocasiones víctima y victimario podrían no ser tan diferentes, y que pueden tener más semejanzas que diferencias (por ejemplo, en los casos de violencia entre adolescentes).
Por otra parte, y antes de seguir, debemos distinguir entre la «pareja penal», que es la relación víctima-victimario en principio antagónica, y la «pareja criminal», donde los componentes comparten intereses homogéneos. Sin embargo, en ambos casos la situación puede dar un giro de 360º e intercambiar o modificar los papeles (mediante el «síndrome de Estocolmo», la víctima de la pareja penal puede pasar a convertirse en criminal y, en el otro caso, uno de los criminales puede «traicionar» a su colaborador y convertirlo en víctima).
Dicho esto, para hacer el análisis de la pareja penal deben tomarse en cuenta tres variables: el conocimiento o desconocimiento entre ambas partes, las actitudes mutuas y la percepción que se tiene de la contraparte.
Conocimiento o desconocimiento
La relación previa entre víctima y criminal es un hecho de gran trascendencia que puede aclararnos gran parte de la dinámica, ya que hay casos en los que se elige a una víctima por ser conocida y en otros exactamente por lo contrario (hay delitos que nunca se cometerían a un conocido y otros que son imposibles de perpetrar si no se conoce a la víctima, como el incesto, el abuso de confianza, la violencia intrafamiliar, etc.). Dentro de este grupo, se plantean cuatro posibles relaciones:
a) Víctima y victimario se conocen, por lo tanto hay una vinculación interpersonal que puede ser de mayor o menor grado.
b) El criminal conoce a la víctima, pero no a la inversa (por lo que el victimario lleva una ventaja sobre ella).
c) La víctima conoce al criminal, pero éste no a la víctima.
d) Víctima y victimario no se conocían previamente, eran desconocidos y el encuentro es fortuito.
Actitudes mutuas
La disposición mental específica de un sujeto hacia su agresor (en nuestro caso), y que puede ser positiva, negativa o neutra o, en otras palabras, de atracción, rechazo o indiferencia (todas ellas combinables entre sí). Veamos las posibilidades:
a) Víctima y criminal se atraen (proxenetismo, estupro, incesto).
b) El criminal se siente atraído por la víctima, pero ésta le rechaza (violación).
c) El criminal rechaza a la víctima, pero ésta se ve atraída por él (estupro).
d) Víctima y victimario se rechazan mutuamente (violencia, violación, riña, duelo, venganza).
e) El criminal se ve atraído por la víctima pero ésta es indiferente (hostigamiento sexual).
f) El criminal rechaza a la víctima, y a ésta él le resulta indiferente.
g) La víctima se ve atraída por el criminal, y a él le es indiferente.
h) La víctima repudia al victimario, pero éste adopta una actitud indiferente (terrorismo).
i) Ambos, víctima y victimario son indiferentes (accidentes, delitos culposos, imprudenciales, robo de automóvil, etc.).
Percepción
La elección de la víctima depende mucho de la imagen que el criminal tiene de ésta y no sólo eso, sino el paso mismo al acto. Consciente o inconscientemente el victimario debe tomar distancia afectiva de su víctima y cambiar su percepción si ésta es benévola, ya que puede arrepentirse si la trata con respeto, piedad, compasión o temor. El criminal debe culpar a la víctima y reforzar sus sentimientos de infravaloración hacia ella, lo cual se proyecta en el lenguaje y en las actitudes. «Cosificar» a la víctima es el primer paso, despersonalizarla, convertirla en menos, culpabilizarla, despreciarla, para finalmente transformarla en una cosa, desprovista de sentimientos, dignidad, valor. Por otra parte, es también de vital importancia analizar la percepción que la víctima tiene del criminal, sobre todo antes del hecho victimal, pues es lo que puede marcar la diferencia entre ser elegida o no. Aquí la situación es muy compleja, ya que la impresión puede cambiar radicalmente en el momento mismo o posterior a la victimización (para bien o para mal, debemos recordar el «síndrome de Estocolmo»).
Así pues, el análisis del conocimiento previo, las relaciones anteriores, las actitudes, etc., pueden ser muy valiosas para ayudarnos a aclarar si la víctima facilitó o no al criminal su elección.





Bibliografía
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-235975-2013-12-19.html
http://cristianaraos.com/2011/02/13/victimologia-tipos-de-victimas-y-psicologia-forense-por-cristian-araos-diaz/
http://psicologoforense.com/s/evaluacion-psicologica-de-la-victima-peritos-psicologos-madrid-tres-cantos/


6 comentarios:

  1. la victima es la q sufre lo peor y es dificil evitar momntos dificiles ya q se presentan cuando uno menos se los espera..la solucion trankilizarse y reaccionar

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  2. En mi opinión en el ámbito legal se ha tomado más en cuenta al victimario que a la víctima pues muchas veces sus historias son muy sonadas por las personas que llegan a hacer historias tales como películas, libros, revistas etc., sin embargo de las víctimas no se recuerda nada ni se hace nada, y muy pocas veces se les ayuda como debe ser. El tema de la victimología es muy importante en la reparación de sus derechos vulnerados así como la parte psicológica de la victima

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  3. víctimas y victimarios, nacen o salen de algún lugar, no de la nada, de una familia, de un hogar sea cual fuere su constitución, de ahí las bases para su formación.
    Somos victimas y victimarios en diferentes niveles, las actitudes de moda y la falsa o superficial ideología de un mundo liberal tomada con escasa responsabilidad y sumado a todo esto la desinformación, la actitud de indiferencia y apatía ante los asuntos sociales hacen de la sociedad un caldo de cultivo perfecto para la formación de delincuentes, desadaptados, suicidas, etc. Es un grave problema social en donde todos estamos involucrados desde el padre, la madre, tíos, abuelos, tutores hasta el estado con sus organizaciones de ayuda a niños, niñas y jóvenes en situación de riesgo social. La solución está en nuestras mentes, en un cambio de actitud hacia los niñ@s y jóvenes en formación, el no permitir ningún tipo de abuso físico o psicológico depende de cada uno de nosotros, todos somos maestros porque cada día enseñamos con nuestras acciones lo que somos, nuestra vida impacta en la de alguien más, de ahí también a enseñar a nuestros hijos, alumnos, familiares a crear un criterio propio y a solucionar con firmeza los conflictos que se presenten. Necesitamos buenos adultos que formen personas buenas con valores y habilidades para vivir y que estos transmitan a su generación.

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  4. Todos hemos sido alguna vez victimas y quizá algunos hemos estado a un paso de ser victimarios, quizá otros si llegaron a serlo, si se rompe ésta cadena se podría eliminar en un gran porcentaje por lo menos los abusos, crímenes, acosos y cualquier tipo de agresión al prójimo. Ésta cadena creo se puede romper cambiando la mentalidad de quienes están a cargo de enseñar desde el hogar, hasta las instituciones educativas los valores, derechos y el respeto por uno mismo y por los demás. "Solo hay que ayudar romper la cadena".

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  5. Hay dos elementos que me parecen de mucha importancia. Uno es que el victimario muchas de las veces le agrada la victima, o que a la victima le agrada el victimario. La segunda parte es cuando se habla de que el victimario es una persona cercana a la victima, lo cual nos indica que la mayoría de veces las personas que menos nos esperamos pueden ser la causa de muchos problemas psicológicos para personas vulnerables. Por lo tanto es importante saber en que? sectores prevenir y no confiar en que el agresor es siempre un sujeto extraño que aparece de la oscuridad para hacernos daño.

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  6. La des-personificación de la víctima por parte del victimario explica como grandes grupos de personas sin records de psicosis o psicopatía son capaces de torturar o asesinar a grandes masas de gente en ciertos momentos de la historia. Ejemplos de esto son los casos de genocidio en la Alemania Nazi y en Ruanda, en los cuales el individuo era deshumanizado debido a su raza y mediante la educación en los mismos soldados, para que estos ya no vieran a la gente que mataban como seres humanos, sino como animales.

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